Amaneció y mis ideas… habían desaparecido.
¿Te ha pasado alguna vez?
Es un poco angustioso. Yo que siempre he tenido fe, en que encontraría respuesta para todo… y ahora mis ideas, han empezado a emigrar…. ¿estarán en huelga o en crisis mimetizándose con los tiempos que vivimos?
Con cada amanecer, me lleno de energía. Mantengo con ilusión, la esperanza en que me voy a transformar en la súper mujer que puede hacer frente a cada problema, encontrando a su pareja, la solución. Pero hay días que simplemente, esto no sucede. Es más, parece que retornasen los fantasmas de mis cuitas cuando escucho a alguno de mis pacientes, volviendo a revivir “aquellas experiencias del pasado”. Pero ahora, desde la calma que nos regala el paso del tiempo.
Antaño, pensaba, que por el hecho de ser terapeuta, podría hacer frente a todas las dificultades y casos que se me presentasen. Con ilusión y perseverancia, me afanaba y trabajaba… no recuerdo cuantas horas invertí, en estudiar e investigar para encontrar esa solución, “la solución” que necesitaba. Cuando eres joven e inexperta, en tu mente y en tu corazón permanecen la semilla de la ilusión, y la del “nada es imposible”. Y te crees una súper terapeuta, puedes con todo… y a casi todo te atreves. Evidentemente, el tiempo también pasa por mí… y aunque reconozco que la experiencia y el conocimiento, han incrementado mi sapiencia, esa sensación de “todoterreno” también ha empezado a desintegrarse. Haciendo honor a la famosa frase del gran Descartes “solo sé que no sé nada.” Sigue leyendo