Saludos. Algunos de vosotros ya estaréis de vacaciones disfrutando de la piscina, la playa o la montaña, en vuestro País o visitando otro, y habrá lectores que estén trabajando o estudiando como yo… para todos vosotros os dedico este fragmento del penúltimo capítulo, con el deseo de que reflexionéis , valoreís y disfrutéis, de lo que Sois.
“… El Gran Welland, nos visitó y se la llevó….
Desde entonces, Esva continúa reviviendo ese amor tan “ricfundo” (rico y profundo) de su abuelita y siempre que cierra los ojos, siente ese mágico abrazo lleno de amor y esperanza. Continúa hablando cada día con ella. Le comenta sus inquietudes, sus problemas, sus alegrías, sus proyectos, transmitiéndole sus sentimientos. De alguna forma, siente que ella ahora vive en la habitación más especial que existe en su corazón. Cierto que no la puede ver con sus bellos ojos, pero sí con los de su corazón, con sus ojos internos, tal y como le enseñó Juel. Cada vez que habla con ella, la paz y el amor renacen en Esva, y una gran sonrisa, semejante a la de su abuelita, se dibuja en su rostro envolviendo y contagiando del mismo sentimiento, a todo aquel que está cerca. Sigue leyendo