¿Quieres ser mi … amante?

Hoy quiero hacer algo diferente. Te voy a plantear el tema de una de las tertulias que comentamos en el programa de RNE “La noche en vela” ¿Por qué aceptamos ser el amante? Me gustaría que reflexionáramos juntos este tema que hoy en día parecen estar “de moda” y en el fondo, me preocupa. Seguro que conoces a alguna persona en esta situación, ya sea el amante o la persona que tiene ese amante. No pienses que juzgo. Yo no soy juez. Pero me gusta pararme y reflexionar sobre lo que veo a mi alrededor, como cambia la sociedad y cómo nos influye a nivel psicológico y comportamental. ¿La finalidad? Entender y comprender.

Parece que la infidelidad, el tener y el ser amante, está a la orden del día. En España un 40% de la población reconoce ser o haber sido infiel a su pareja. Todos conocemos a alguien que ha sido infiel y, seguramente, a más de una víctima de infidelidades.
Hombres y mujeres vemos el sexo de forma distinta. No tiene tanto que ver con una cuestión biológica, pero si cultural. Y esta diferencia versa acerca de la separación sexo-afecto. A diferencia de los hombres, las mujeres necesitamos sentir algo por la pareja sexual para tener relaciones, ese algo no tiene porque ser amor, pero si algún tipo de vínculo, química o algo parecido que pueda «justificar» el sexo sin sentirnos culpables.

Sin embargo ¿que es lo que nos lleva a aceptar ser el amante? Quizás amar se traduce en “todo vale”, para muchos; ¿es la única forma que conocen de amar? Para otros ¿son en el fondo corazones heridos que buscan relaciones precarias mantenidas en el tiempo? ¿Tenemos tanta necesidad de ser amados que nos vienen bien todo, antes de estar solos? ¿Qué ha pasado con nuestras autoestima? ¿En qué tipo de personas nos estamos convirtiendo? ¿Tanto miedo nos da la responsabilidad de una relación y lo que ello conlleva? ¿Acaso cada vez valoramos menos la palabra “amar”? ¿Estamos dispuestos a “vendernos por una posición social”? ¿Por qué no somos sinceros con la pareja y con nosotros? ¿Sabemos lo que queremos? ¿Sabemos lo que realmente sentimos? ¿Por qué aceptamos las migajas en una relación de amor? ¿Cuál es el beneficio que vemos en ser el o la amante?

Son algunas de las preguntas que revolotean en mi mente cuando veo estos casos ya sean en consulta o fuera de ella. Y que me hacen pensar… observar, aprender y aplicarlo también a mi vida privada. Quizás deberíamos plantearnos qué es una relación de pareja, qué significa el ser sincero, lo que queremos construir con “el otro”… valores que parece que hoy día están a la baja… incluso en la “Bolsa de la vida”.

Y tú, ¿te lo vas a plantear? ¿Me ayudas a subir esa cotización en tu vida?

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